Años
atrás antes de la entrada del nuevo milenio la situación
en cuanto a marketing era muy sencillo, se basaba en utilizar los medios de
comunicación masivos que nacen con la radio y se hegemonizan con la televisión,
para promocionar productos de consumo masivo a grandes audiencias. La situación
estaba dada, los consumidores no tenían en aquel entonces el poder de escoger
lo que querían ver y cuando lo querían debido a la muy limitada gama de medios,
originando que estos pasaban a ser simples estadísticas para quienes querían
promocionar un producto; por otro lado,
los medios de comunicación recibían gran parte de sus ganancias era a través de
la publicidad así que el consumidor era siempre el que menos poder tenía.
Con la introducción de las nuevas tecnologías todo esto
cambió y hubo un rápido giro entregándole el poder al consumidor de manera
irrevocable y permanente, todo esto como una consecuencia natural del
crecimiento de los medios de comunicación a través de la web y de canales
externos a esta. Estas tecnologías permiten el salto o bloqueo hacia anuncios
que el consumidor no desea, un creciente aumento de contenido amateur a muy
bajos costos y la posibilidad de acceder en cualquier momento a los recursos
que se desea, bien sea por dispositivos móviles del tamaño de una palma o
televisores del tamaño de una pared.
Este cambio de poder no sólo afectó la manera de hacer
marketing sino que cambió incluso al consumidor mismo y sus hábitos de
interacción con los medios. El nuevo consumidor pasa a ser no sólo más
exigente, sino que desarrolla una nueva cultura de interacción con los medios,
pasando a estar cada vez más expuestos ante estos en cuanto a tiempo pero de
una forma muy distinta a la que acostumbraba. Ahora, el consumidor tiende a
estar expuesto a varios medios a la vez como los jóvenes que tienden a estar
jugando videojuegos, enviando mensajes instantáneos y viendo televisión al
mismo tiempo, todo esto con un control absoluto sobre lo que interactúa con
ellos, siendo una tarea titánica el llegar a estos a través de los medios
convencionales, ya que a pesar de que se logre enviar un mensaje convincente a
través de un medio puede que el consumidor esté concentrado en ese momento en
otra plataforma.
Todo esto hace que los consumidores dejen de ser una
simple estadística por su pasividad y disponibilidad, pasando ahora a ser
exigentes, críticos, con preferencias hacia los medios que le dan lo que ellos
quieren y asertivos sólo a la información que les parece relevante o
entretenida. Esto modifica la labor de quienes hacen marketing, quienes ahora
reinventan su oficio hacia el consumidor y donde el monólogo de hace unos años
da paso hacia una charla donde es el consumidor quien tiene mucho que decir.
En esta nueva dinámica son las redes sociales la llave
del éxito para poder conocer que es relevante para los consumidores y crear
fuentes de información que permitan una sociedad entre empresas y consumidores,
pudiendo así afianzar la marca a largo plazo. No todo está dicho, pero en este
nuevo mundo donde los consumidores están al mando, las marcas que logren
acercarse a estos en mejor medida serán quienes tengan mejor oportunidad de
triunfar.
GREGORY MARTÍNEZ
@Greg_AMD
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