La oratoria es la seducción y el dominio que se tiene ante las masas, su buen uso puede influir en una colectividad determinada, para ser un gran orador es necesario organizar, coordinar y transmitir pensamientos e ideas a través de la comunicación, se da por el simple hecho de hablar y es como se difunde un mensaje a las masas o al pueblo que espera que el líder lo guíe, y no solo con los hechos se logra sino también con la transmisión del pensamiento.
Para Yagosesky, (2001,31) “La oratoria es una forma de comunicación interpersonal, a través del cual una persona se sirve de una serie de actitudes, así como de técnicas verbales y no verbales, para influenciar en un grupo de personas”.
Por lo tanto, es imprescindible tener que expresarse, influir, persuadir y controlar la seguridad para que el propósito de la oratoria tenga sentido, de no existir tal firmeza, el supuesto líder no generará ningún tipo de confianza, no hay opciones de liderar si no se cuenta con la claridad para enviar cualquier tipo de información.
Sin embargo, hay que tener en cuenta otras herramientas para ser un buen orador como la respiración, requisito esencial de la comunicación, como lo dijo George Canuyt “si no hay aire, no hay voz”, la articulación y dicción juegan un papel importante, hablar con claridad ayudará para una buena pronunciación ya que hablar entre dientes o no gesticular bien puede traer como consecuencias una mala expresión oral.
Así mismo, el respeto por los signos de puntuación, deben ser utilizados para respirar y respetar las ideas de los párrafos, el lenguaje corporal como sus componentes de movimientos, gestos y miradas es significativo para el poder comunicacional y por supuesto el dominio del tema del que se va a hablar.
Todo lo expuesto anteriormente es importante porque la oratoria y la publicidad van de la mano ya que vender una idea es fundamental para que el consumidor acepte un producto y más en los medios tradicionales como en la radio o televisión, hay que considerar el tiempo, el público al que va dirigido, saber dar estilo expresivo a cada texto y diferenciarlo, no es lo mismo la entonación que se le da a una noticia deportiva o de sucesos que a un discurso o publicidad, luego de la preparación previa no se debe dejar de practicar porque será la que permita obtener el conocimiento del contenido.
El orador influye con el lenguaje corporal, ritmo oral, sus palabras, seguridad y la proyección, todos son ingredientes esenciales para que la voz se escuche de manera clara, se pueda entender el mensaje y convenza al consumidor para la compra de un producto y/o servicio, teniendo en cuenta un excelente slogan que ayude al consumidor recordar y relacionar siempre lo que se vende.
Yisenni Carrillo
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cruz, C. (2006). Como Comunicarnos en Público: con Poder, Entusiasmo y Efectividad. Colombia: Editorial taller de Éxito.
Yagosesky, R. (2001). El Poder de la Oratoria. Caracas: Júpiter Editores C.A.
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