Para nadie es un secreto que
la tecnología ha tenido un avance vertiginoso en unos pocos años y que gracias
a ella la globalización tiene un rol protagónico en lo económico, social y
cultural a gran escala debido a la creciente comunicación e interdependencia
entre todos los países que conforman este mundo, y que poco a poco ha llevado a
la unificación de mercados, culturas y sociedades. Tan significativo ha sido el
cambio que se habla de un antes y un después; así como de consecuencias
positivas y consecuencias negativas.
Sin embargo, cuando se habla
de globalización la balanza siempre se inclina hacia el lado positivo al
evaluar el impacto que ha tenido a lo largo de los años. En el ámbito
empresarial ha contribuido a la mejora de la calidad de los productos, la
reducción de costos, la eficacia competitiva y ha abierto todo un universo
nuevo de posibilidades.
Los aspectos positivos
expuestos anteriormente no se pueden negar. Así mismo se ha evidenciado como el
mundo del marketing también ha dado un vuelco para satisfacer a una sociedad
cada vez más informada y exigente por medio de las redes sociales y de la
infinidad de información disponible en la web. Las empresas se han valido de
innumerables tácticas publicitarias pasando por alto o pretendiendo engañar a
la sociedad con temas sobre ecología, salud, entre otros. No obstante, cuando
hablamos de este “engaño” no podemos incluir o culpar a todas las empresas que
de alguna manera participan hoy en día en el mercado global, pues notable ha
sido el efecto que muchas de ellas han tenido no solo ya en el ambiente sino en
comunidades, impactando positivamente en las mismas a través de un marketing y
una política social responsables, ya que han asumido y comprendido su responsabilidad y papel
protagónico en un mundo cada vez más globalizado.
Dentro de todo esto, es
necesario que las empresas entiendan que no sólo mediante el marketing
responsable van a contribuir con el desarrollo de una mejor sociedad, sino que
el mismo va a generarle efectos positivos en lo que a su imagen y éxito
comercial se refiere, más allá del que ya poseen, pues en términos de consumo
moderno lo “verde” y lo “socialmente responsable” vende.
Como mencionamos
anteriormente, vivimos en una sociedad con un gran acceso a la información en
comparación con décadas pasadas, lo cual se traduce por ende en una sociedad
más curiosa, cosa que lleva a las empresas a tener la necesidad y prioridad de
mejorar cada vez más su imagen frente a los consumidores, sea en el plano que
sea. Así entonces surge la esperanza de que el mundo corporativo globalizado se
encamine hacia políticas cada vez más conscientes y comprometidas con el
cuidado y evolución del planeta que nos alberga.
Es necesario por lo tanto
que las empresas se preocupen por establecer vínculos directos con
organizaciones que se encuentren en contacto directo con las realidades que
viven los pueblos y comunidades, pues es de esta manera en que el marketing
socialmente responsable podrá dar realmente frutos, ya sean estas
organizaciones civiles, estadales o no gubernamentales, por mencionar algunos
ejemplos. De esta manera es que se logra dar una buena utilidad a los recursos
que ofrece el sector privado en la comunidad que los rodea (entendiéndose que
una empresa multinacional puede establecerse en muchos sitios), contribuyendo
así en mayor o en menor medida en el bienestar social.
Melanie Sanchez
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