No es secreto para nadie que la misión y visión de
una empresa son, por decirlo en muy cortas palabras, su identidad
y rumbo. Si algo hemos aprendido, es que a partir de ellas debemos
desarrollar una estrategia que guíe e identifique a todos y cada uno de los
colaboradores de una empresa para lograr el éxito de la organización.
Aunque actualmente me encuentro trabajando para
una empresa, siempre me he considerado emprendedora, me identifico con las personas
que no luchan por tener un salario “seguro” cada quincena sino con las que
se arriesgan a recorrer caminos inexplorados con proyectos innovadores. Quizás
sea por esta razón que siento la necesidad ver la misión y visión como un requisito
que no es exclusivo de las empresas sino de todas las personas que queremos y
decidimos ser exitosas.
Desde el punto de vista profesional todos
manejamos perfectamente los conceptos, sabemos la importancia y las posibles
repercusiones que tiene una estrategia de negocios basada en una misión y
visión clara de la empresa, hemos estudiado casos de éxito y también casos de
fracaso de compañías conocidas mundialmente. Sin embargo nuestros paradigmas sólo
nos permiten ver esta información útil para el desarrollo empresarial, pero ¿Qué
pasa con nosotros, acaso no tenemos también metas, o es que vamos por la vida
improvisando? Es necesario que como individuos seamos sinceros con nosotros
mismos y nos analicemos siendo lo más objetivos posibles.
La autoevaluación es difícil para muchos, pero una
manera sencilla sería utilizando las herramientas que manejamos en nuestro ámbito
laboral y en la cual somos ya unos expertos: un análisis FODA. Sí, enumerar de
forma neutral y quizás con la ayuda de otros, nuestras fortalezas,
oportunidades, debilidades y amenazas para poder analizarlas y sacarle el mayor
provecho en la creación de nuestra estrategia
de vida, recuerda que sólo al estar conscientes de una situación podemos
manejarla como queramos, saber claramente cuáles son las metas que queremos y
cuáles nos podemos fijar, y luego definir un plan en función de ellas.
Del mismo modo que todas las organizaciones
exitosas lo hacen, debemos fijar nuestras metas a corto, mediano y largo plazo
que sean realmente posibles de alcanzar en el tiempo que decidamos estipular.
Esto nos permite visualizar y tener clara nuestra meta final , dividiendo nuestros
proyectos en fases o etapas que nos permitan cumplir pequeños objetivos que
vayan sumando y nos mantengan motivados a seguir adelante con nuestro plan. Es
importante que tomemos en cuenta que, a diferencia de las empresas, no tenemos
un equipo de trabajo pensando diariamente en función de nuestra y productividad
y evaluación de objetivos, por lo que debemos ser estrictos con nosotros mismos
y estar atentos a los pequeños detalles que nos desvíen de las metas fijadas, y
si esto llegase a ocurrir, buscar retomar el camino que se había trazado lo más
pronto posible
Si queremos ser exitosos en nuestra vida, debemos
conocernos, autoevaluarnos y saber hasta dónde queremos llegar, para tener
clara nuestra estrategia de vida y guiar todos nuestros esfuerzos en función del
rumbo establecido.
Leonor Rojas
@leonor056
No hay comentarios:
Publicar un comentario