viernes, 24 de julio de 2015

La oveja “marketera” de la familia…


Cuando salí de bachillerato, mi meta consistía en graduarme, al igual que mi familia, de médico. Por distintas razones había elegido esa carrera, aunque en el fondo se trataba más de complacer a los demás, en vez de complacerme a mí misma. Presenté en varias oportunidades la prueba interna de admisión para entrar en la Escuela de Medicina, y aunque supiera, memorizara contenidos y respondiera las interrogantes, no encajaba, no conseguí aprobar los puntos necesarios para cursar estos estudios. Tal vez no existía todavía una pasión que me moviera el piso, que hiciera al universo conspirar para conseguir lo que yo andaba buscando en ese momento.

A pesar de todo, no me sentí frustrada, estudiar medicina no me quitaba el sueño, así que decidí tomar un año sabático, pero al poco tiempo me cansé de no hacer nada y me busqué un oficio. A mis 17 años, conseguí un empleo como vendedora en una red de zapaterías, dónde poco a poco se despertó en mi  una pasión por vender artículos, por cumplir las necesidades del consumidor y por tener al alcance distintas formas y diseños de calidad para satisfacer los millones de mundos que habitan en las millones de cabezas, y sobre todo, se despertó en mi el dulce frenesí de destacarme ante la competencia.

Pero rebuscando en mi pasado, ésta pasión no era nueva, desde pequeña me gustaba vender juguetes, panecillos, siempre buscando la forma de negociar los objetos que tenía. Sólo necesitaba un catalizador y ese fue, el empleo de mis 17 años. 

Me esforcé y aprendí técnicas de ventas de las personas que tenían más tiempo que yo en la empresa, me volví muy observadora, me inscribí en una carrera nueva para mi familia y que nunca me había pasado por la cabeza: Gerencia mención Mercadeo. A los 19 años ya era encargada de sucursal. Haber trabajado en la red de Zapaterías me ayudó a conseguir experiencias y me preparó para lo que vendría más adelante.

Cuando comencé a estudiar más a fondo, empecé a darme cuenta que todo lo que nos rodea día a día, directa o indirectamente, está influido por el marketing, entonces, la visión que tenía de todo, cambió. No dejaba de sorprenderme que cada causa tenga su efecto y que hasta la manera de abordar a una persona contribuya a la perspectiva que gane esta de ti. Hoy en día, a punto de terminar mis estudios universitarios, no deja de sorprenderme.

En mi forma de ver esta fascinante pasión, significa mucho más que un conjunto de técnicas para la venta de un producto o servicio, significa una actividad dónde la prioridad es la satisfacción del cliente, no sólo pensando en las ganancias monetarias que se puedan obtener, sino en diferenciarse de los demás obteniendo la mayor cantidad de clientes, entendiéndolos a estos, saber distinguirlos y atender sus necesidades, pero aún así, el Marketing es mucho más que esto, es una filosofía de vida. Descubrí que todos tenemos una vocación y un destino, todos servimos para cosas distintas y el mío se llama Marketing.

Mary Arias Lizarraga
Estudiante de Ciencias Gerenciales mención Mercadeo UNITEC
Facebook: Mary Arias Lizarraga
Twitter:  @MaryJaneJjkk

1 comentario:

  1. Bravo Mary!!! Me identifique completamente con tu artículo. También presenté para Medicina y al final descubrí que Mi Pasión es el Mercadeo

    ResponderEliminar